Tiempo de lectura: 2 minutos
Miradas… ¿Cuándo fue la última vez que miraste para ver? Porque, no es lo mismo ver que mirar. Eso ya lo sabemos, ¿verdad? Algunas miradas son como espejos del alma, que derrumban o derriten, que transmiten más de mil palabras, que se construyen siempre desde el encuentro con la otra persona y se sienten muy adentro.
¿Se puede ensayar una mirada?
La mirada tiene tantos elementos inconscientes que no la podemos diseñar a nuestro gusto. Una mirada no es manejable y obediente. Puedes intentar ensayar una mirada que reconforte, que transmita paz o que consuele un llanto…. te invito a que lo hagas. Existen miradas que calman los vientos y mil tempestades, porque con ellas llegan la sabiduría y el amor. Con ellas llegan la seguridad y la calma que te dicen que eso feo que sientes pasará, que ese momento pasará y que estás en compañía, que no estás solo….. ¿Puedes ensayar eso?

Otras, tan inocentes que solo provocan ternura y unas ganas locas de abrazar. O la valentía y fortaleza de mostrarte vulnerable a través de una mirada…. Pero también, existen las que lastiman y duelen. Porque, cuántas historias de amor comienzan con una mirada y cuántas terminan antes de pronunciar una palabra. Cuántas ocultan verdades, cuántas miradas perdidas y cuánta tristeza se ve en una mirada…
Necesitamos volver a mirarnos y aprender a mirar. Volver a mirarnos para poder enseñar a mirar. Por eso, en su libro, Liliana González, nos invita a conectar de nuevo para sumar humanidad, porque nos hace falta. Realmente, nos hace mucha falta. Jamás un invento tecnológico podrá sustituir una mirada verdadera de amor, de sorpresa o felicidad, tampoco lo hará una pantalla.
El mundo cambia si dos se miran y se reconocen
Octavio Paz
Extracto “Cargando Figuras” Un libro para prevenir y resolver conflictos. Carmen Parrado