Más quemado que el síndrome – Falacia de control

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Uno de los factores internos que influyen más negativamente en el conocido síndrome del quemado “burnouto trastorno adaptativo es la falacia de control. La necesidad de tener “todo” bajo nuestro mando único. Consiste en planificar y creer tener la autoridad y el poder para que se cumplan todos nuestros deseos. Esto es, en realidad, un camino de frustración y sufrimiento que intenta dominar aquello que está fuera de nuestro control.

Síndrome del quemado o burnout
Síndrome del quemado o burnout

Esta creencia esta basaba en una utopía. La falacia de control proviene de la incapacidad de lidiar con la incertidumbre y adaptarse a los cambios que conlleva estar vivo. Como consecuencia, quienes que coexisten con esta falsedad desarrollan hábitos muy rígidos. Estos hábitos se observan tanto en la rutina diaria, como en los horarios que se autoimponen. Una falsa idea perfeccionista que se deja ver en las tareas que se proponen o encomiendan a otros… Estas personas, se alejan de una regularidad emocional y una actitud flexible. Suelen ser personas que evitan la improvisación, pues para ellas no es un plato de buen gusto.

Aceptar que no todo es seguro, constante o duradero es demasiado doloroso para ellas. En algún momento de sus vidas, algo ocurrió para que se centraran en pequeños detalles y normas que de algún modo aseguraran una estabilidad. Este tipo de normas autoimpuestas les proporcionan esa sensación de seguridad que buscan constantemente.

¿Qué nos pasa con esta creencia?

Cuando se vive la falacia de control, la tolerancia a la frustración es muy baja. Es posible que no aprendieran cómo afrontar, que en la vida, no todo es como deseamos. En sus relaciones sociales se les complica reconocer que las personas a su alrededor también cambian. Tampoco han aprendido que la aceptación y la adaptación no significa que seas más débil o conformista. Aceptar también transforma y te hacen aprender, crecer y evolucionar.

Este síndrome se alimenta del estrés, ese gran desconocido en el ámbito laboral y personal, además de variables personales y factores externos. Aun así, empezar a trabajar la falacia de control es un buen inicio para aumentar tus recursos frente a este síndrome del quemado.

Todavía estás a tiempo de aprender

Sí eres de estas personas que en mayor o menor grado vives esta creencia, no desesperes, puedes dejarla atrás. Si quieres puedes pensar que en tu infancia, no recibiste la motivación necesaria para afrontar la incertidumbre de la vida. La tolerancia a las frustraciones de todos esos cambios que no están bajo nuestro control se puede aprender.

En primer lugar, trabajando la competencia del autoconocimiento y la gestión emocional. Como consecuencia y con el tiempo, que aceptas que por planificar hasta el más mínimo detalle, no existe garantía de sentir más seguridad en el día a día. La seguridad en uno mismo o la autoconfianza no dependen de eso, es más, la adaptación a los cambios es signo de fortaleza.

Desarrollo Habilidades Directivas Soft Skills

En segundo lugar, también se acepta que no puedes controlar lo que otros piensan o dicen, que no tienen que estar de acuerdo contigo en todo, para demostrar el cariño que te tienen. Tu tranquilidad y tu bienestar no depende de eso.

Por último, aprendes que el camino de tu vida, añadiendo algún que otro imprevisto o reto, es más interesante y divertido. Incluir el sentido del humor, y quizás la osadía de no tomarse las cosas tan en serio (siempre que se pueda), te ayudará a priorizar. Para librarte de “La falacia de control” es imprescindible saber priorizar. Con está capacidad sabrás la diferencia entre lo que es verdaderamente esencial de aquello que no lo es. Recuerda esta frase de Lao Tsé:

“Si eres flexible te mantendrás recto”

Lao Tsé

Si quieres trabajar esta creencia pincha aquí 🙂

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